- Editorial:
- CRITICA
- Año de edición:
- 2009
- Materia
- Ensayo ciencia y divulgación
- ISBN:
- 978-84-7423-884-6
- Páginas:
- 288
- Encuadernación:
- TAPA DURA
- Colección:
- DRAKONTOS
EL INGENIO Y EL HAMBRE
DE LA REVOLUCIÓN AGRÍCOLA A LA TRANSGÉNICA
GARCIA OLMEDO, FRANCISCO
Todos sabemos que no podemos vivir sin alimentarnos, pero la mayoría ignoramos la extraordinaria historia que existe detrás de los alimentos que tan afanosamente solicitamos e ingerimos. Y dentro de esos alimentos, y a pesar de que no es infrecuente oír que somos, básicamente, "animales carnívoros", las plantas representan el elemento fundamental, y no sólo en nuestra alimentación sino también en el conjunto de nuestra vidas. Centrándose en ellas, en su pasado, en su presente y en su futuro (que es también el nuestro), Francisco García Olmedo, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, ha compuesto una obra, caleidoscópica a vez que integral, que nos lleva desde los orígenes de la agricultura, esto es, de la domesticación de las plantas (una revolución donde las haya), hasta los temas más actuales, como pueden ser los biocombustibles, sus posibilidades e impactos ambientales y sociales, la denominada "revolución transgénica" (las plantas transgénicas, de las que tanto, y habitualmente con tan poca información, se habla), o la llamada Agricultura Ecológica.
Temas todos ellos que han sido bien sacralizados o bien demonizados de forma acrítica, tanto en el ámbito político y legislativo como en el de los medios de comunicación, por lo que resulta imperativa una evaluación rigurosa de sus postulados y prácticas, a la luz de la mejor ciencia posible, tarea en la que se empeña aquí el profesor García Olmedo.
Si hay lugares en los que historia, cultura, ciencia y tecnología se reúnen, formando una poliédrica unidad, el del desarrollo de las plantas es uno de los más señalados. Y este libro, en el que la historia más antigua se alía con testimonios arqueológicos y etnográficos, y las ciencias químicas, genéticas y biológico moleculares con los avances tecnológicos (pensemos, simplemente, lo que significó la invención del arado), es buen testigo de ello.